Queridos todos, hoy intentaré generar un poco de polémica a ver si os animo a comentar más en el blog, pero es que además, me siento ligeramente “encendida”.
Y es que, no entiendo cómo el partido más visto del mundo, con una incuestionable repercusión mediática y social y con un resultado de lo más gratificante para los unos, puede constituir un ejemplo tan escaso de valores, sobre todo para la población que está en fase de crecer y formarse en ésos valores: los niños.
Recriminaciones, empujones, agresiones, exageraciones, tensiones, mentiras y, en fin, pérdida de papeles por ambas bandas, incluido por parte de algún entrenador que tenía por caballero, además de por guapo. Y más… el entrenador teatrero actuó como caballero. El mundo al revés. No entiendo nada!
¿Es este un buen ejemplo para todos esos futboleros y apasionados por el fútbol? ¿Son los modelos ideales de ídolos a seguir e imitar, antes modelo de amorosos compañeros de la Roja? ¿Es este un reflejo de lo que se cuece por ahí, fuera de las casas, en los campos, colegios y empresas? ¿Es esta la tensión que suscita el liderazgo?
Reflexionemos, por lo menos no?