Sé que no me toca escribir hoy, perdóname, pero ordenando esta inordenable mesa de trabajo en la que cada día dedico gran parte de mi vida, me he encontrado con esta foto que recorté el pasado 16 de mayo de El País.
No sé a tí qué emoción te dispara, qué sentimiento te provoca esta foto… A mí, una vez y otra más que la veo, me genera añoranza, que no aznarancha, me inspira ternura e incluso me ilusiona. Es una herramienta de comunicación gráfica experiencial; no se procesa bajo el piloto automático -porque despierta la atención a través del impacto emocional que suscita- y conduce al análisis.
El 15 de mayo, Alberto Ruiz-Gallardón entregaba las medallas de Madrid a los expresidentes Suárez, González y Aznar. Se hablaba de «momentazo de Gallardón», se rumoreaba que «los padrinos hacen de tripas corazón aunque no se traguen», «…se van con un suspiro de alivio»… y más.
Sin embargo yo, que celebro vivir a ratos en los mundos de Yupi, creo que es un momento tierno sobre el que deberíamos reflexionar y tratar de extraer su parte más positiva que, desde mi humilde opinión es la de celebrar y agradecer a personas que han trabajado por nuestro país, mejor o peor, pero también han entregado cuerpo y alma desde sus mesas de trabajo en la que cada día dedicaron gran parte de su vida… Cuánto podríamos aprender para el futuro si de verdad compartiesen sus experiencias…